La leyenda de Grinch

Dicen los más ancianos de los gérehos que hubo una vez en Trásea un espectro. Dicho ser tenía rabia acumulada y disfrutaba de cortar cabezas y brazos. El espectro era llamado Grinch.

Según un fragmento de una antigua escritura, Grinch era un granjero, dueño de una empresa agrícola, cuya especialidad era la producción de pan y el cultivo de patatas, que vivió hace siglos, en el comienzo de la Edad Media en Bolonvia.
Un trágico día se levantó al alba. Quería ir temprano a sus tierras e inspeccionar allí un molino donde hacían pan, que se había parado repentinamente el día anterior. Llegó al molino cuando estaba amaneciendo, pues había ido a pie. Se encontraba cansado, pero feliz.
Cuando se disponía a entrar en el molino, la capucha de su capa se enredó en un aspa de éste. Incapaz de soltarse, estuvo durante muchos minutos girando a la par que las aspas, hasta que ésta, cedió a su peso y se partió en dos. Grinch cayó al suelo de una altura elevada, con tal mala suerte que su cabeza golpeó una roca y murió.
Su espectro, lleno de odio por haber muerto de una forma tan estúpida, fue vagando por Bolonvia, apareciéndose ante aquellos que se reían de los errores de los demás. Debido al susto que la aparición causaba, la mayoría de seres morían instantáneamente, y a los que no, Grinch les absorbía el alma.

Claro que esto son sólo rumores, pero nadie en Bolonvia ha demostrado aún que no sean ciertos...

Alma géreha siendo absorbida por Grinch. Las marcas
en el rostro son efecto de dicho proceso.