Míguel Eustaquio era un anciano que habitaba en Bolonvia, concretamente en la capital. Cuando era joven, se ató un bloque de cemento a la mano con una cadena. Luego, entró en un centro comercial y comenzó a golpear con el bloque a todo aquel que veía. Tras este incidente, ingresó en el manicomio de Craft-City.
Desde el día que entró, comenzó a intentar fugarse, una vez al día, pero nunca lo consiguió. Con el tiempo, su trastorno empeoró, y acabó llevando boina, bigote postizo y gafas de sol, y se volvió violento y asocial. Mas aún, cuando tenía 82 años, siguió intentando fugarse.
-¡Todos al comedor! -anunciaron los celadores por los altavoces.
Míguel se dirigía al comedor, apoyado en su viejo bastón. Pero, de pronto, otros dos locos pasaron a su lado, y Míguel, pensando que lo querían matar, les asestó un golpe en la cabeza a cada uno con su bastón. Uno de los reclusos gritó de dolor; el otro cayó desmayado. Al oír tal escándalo, los celadores se llevaron a Míguel a la celda de castigo, donde comió el solo y donde estuvo esperando unas horas.
Ya a la noche, tras haber finalizado el tiempo de castigo, Míguel fue a su celda, donde escondía una cuerda. La recogió y esperó al momento en el que los celadores mandaron ir a cenar. Cuando oyó el aviso por los altavoces, se dirigió al muro Oeste del manicomio. Lanzó su soga por encima del muro, y cuando ésta estuvo bien segura, comenzó a trepar. Pero, debido a su peso, la cuerda se partió a la mitad, y Míguel se chocó contra el duro pavimento. Teniendo en cuenta su edad y que la caída fue desde 3 metros, se rompió cinco costillas y se esquinzó el tobillo. Estuvo varias semanas en la enfermería.
-Esupidertindi, marababayur...
-¡Pero qué dices, Míguel! -le gritó un celador.
-Nada, payaso con alas -le respondió el loco.
El guardia, desesperado, se marchó y dejó solo a Míguel. Pero el anciano estuvo esperando a que el celador se fuera para intentar fugarse de nuevo. Esta vez cogió un pico de metal, fabricado con cucharas oxidadas y restos de barrotes, y comenzó a picar el muro de su celda, con orientación Este. Al final consiguió abrir un boquete. Él no sabía lo que había detrás, ya que cuando entró en el manicomio lo hizo mediante un furgón blindado. Suponía y esperaba que detrás de las paredes de su celda hubiese una verja, que forzaría sin ningún esfuerzo, pero no: había una rampa empinadísima, que llegaba desde la fosa del manicomio hasta la superficie de ésta. (El manicomio, para los que no lo sepan, se sitúa en una enorme fosa a cientos de kilómetros de profundidad. La única forma de acceder a él es mediante una larga rampa en forma de espiral). Míguel Eustaquio decidió irse a dormir e intentar subirla al día siguiente. Y así lo hizo.
Despertó temprano, a las 5 de la madrugada. Se vistió con un chándal, cogió su bastón y una boina escocesa y se acercó a la pared de su celda. Pasó cuidadosamente por la abertura que él mismo hiciera el día anterior. Llegó hasta la rampa, respiró hondo y comenzó a subirla lentamente,
Mientras ascendía, iba pensando en todo lo que haría cuando volviera a la capital: comería nachos, viajaría al Caribe, vería las películas de Harry Potter, etc. Con cada paso que daba aumentaba su esperanza. Pero, mientras tanto, comenzó a tener visiones de osos de peluche asesinos, personas con alas y cuadernos en la mano y letras L gigantes.
A las tres del mediodía llegó hasta el último tramo de la rampa, los últimos diez metros. Deshidratado y hambriento, cansado y dolorido, viejo y sin fuerzas, se desplomó el cuerpo de Míguel Eustaquio sobre la rampa cuando sólo le faltaban dos metros para escapar del manicomio. Estuvo allí tendido varios minutos, agonizando, hasta que murió.
En el cambio de personal, a la hora siguiente, su cadáver fue descubierto. La autopsia determinó una muerte por paro cardíaco debido al esfuerzo que le supuso subir la rampa.
Fue enterrado en el patio del manicomio con una placa de mármol en la que decía:
"Aquí yace, muerto, obviamente
Míguel Eustaquio, el de la Paqui,
que murió con el ansia de
fugarse del manicomio
a los 82 años de edad,
cuando ya chocheaba
y tenía pérdidas de orina."
R.I,P.